Orígenes Pokémon II: Wooper
Toca a Wooper.
Al introducirnos en el Mundo Pokémon, las primeras evoluciones que veremos (y las más rápidas) son las producidas por metamorfosis (Caterpie, Weedle, Wurmple) cuyo ciclo es muy realista, al contrario que las evoluciones que se ven más adelante. No obstante, en el mundo real, la criatura evoluciona cuando lo necesita (si no, muere), al contrario que en el Mundo Pokémon, donde un Pokémon puede mantenerse sin evolucionar y, aún así, seguir creciendo (subir nivel, mejorar habilidades, aprender nuevos movimientos).
Por tanto, se puede considerar la evolución Pokémon como una versión exagerada de la metamorfosis en el mundo real. Las aves y los mamíferos, por ejemplo, no realizan metamorfosis, pero en Pokémon se puede imaginar qué pasaría si así fuera
Hay otros Pokémon, como Onix, Skitty o Exeggcute, que permanecerán por siempre en la primera etapa a no ser que se le ‘obligue’ a evolucionar por algún factor externo (piedras, intercambios u otros objetos). ¿A que sería interesante que criaturas como estas, que se mantienen en un estado ‘inmaduro’ durante toda su vida, cambiando bajo circunstancias raras y muy concretas, existieran en el mundo real?
Pues realmente sí existen. Y el ejemplo es Wooper.
Wooper está basado en el axolotl (Ambystoma mexicanum), una salamandra mexicana con unos rasgos bastante inusuales. Son unas mascotas cada vez más habituales en distintas partes del mundo y, en Japón, son conocidas como wooper looper ( ウーパールーパー).
Un axolotl nos saluda desde el fondo del acuario.
La mayoría de las salamandras comienzan su vida como criaturas de agua, respirando por grandes branquias externas. Cuando empiezan a llegar a su etapa adulta, pierden las branquias, y desarrollan pulmones. Sus cuerpos se tornan más robustos, y abandonan el agua para vivir en tierra firma como adultos maduros. Los axolotls, no obstante, son un poco diferentes. Nunca pierden las branquias ni abandonan el agua. Se mantienen en un estado ‘inmaduro’ durante toda su vida, aunque son maduros sexualmente y están totalmente capacitados para criar.
Es fácil ver por qué son tan populares como mascotas: tanto los animales como los Pokémon son menos bonitos cuando crecen/evolucionan, así que atrae la idea de tener un animal que se mantiene en una etapa donde son bonitos durante toda su vida.
En 1863, el zoólogo francés Auguste Duméril recibió un envío de axolotls enviados desde México. Cuando lo vio, no pudo evitar sorprenderse: no había axolotls, sino una especie desconocida de salamandras adultas. Algo había ocurrido en el trayecto México-París. Las condiciones inusuales para los axolotls provocaron que aceleraran su largo proceso de metamorfosis, imitando al resto de las especies de las salamandras, que abandonan el agua y se convierten en especies terrestres.
Años después, se descubrió que este proceso evolutivo podía activarse inyectando yodo a un axolotl. Lamentablemente, pese a que la metamorfosis se realizara con éxito, la vida del axolotl se reducía de manera significativa.
Así que, aunque por su aspecto no lo parecía, Wooper tiene un interesante legado tras él. Es una pena que, pese a la extraña vida del axolotl, Wooper evolucione como un Pokémon más a Quagsire, por subida de nivel, sin más. De todos modos, es un interesante enlace entre el mundo real y el Mundo Pokémon.
Por cierto, ¿os habéis fijado que Wooper no tiene brazos? No es que los axolotls sean así, sino que es una licencia artística. Pero si un axolotl perdiera una parte del cuerpo, se podría regenerar, gracias a su estado ‘inmaduro’, muy parecido a las células madre con las que tanto se investiga en estos tiempos. Tampoco sufriría rechazo ante un eventual transplante.
Ésta es la historia de Wooper, un Pokémon adorable y que tiene una historia detrás bastante interesante, ¿verdad?
¡Nos vemos en Centro Pokémon!
- Anteriores: Mawile
Puedes difundir esta historia sin problemas, siempre que menciones su autor original (George Hutcheon @ Bulbanews) y su traductor (Mr Borji @ Centro Pokémon). CC by-nc.