¡Se acerca el final! Hemos aprendido mucho juntos pero todas las cosas buenas eventualmente se acaban, y no sería diferente con esta columna. Ha sido un viaje estupendo, y me gustaría agradecer de corazón a todo el equipo de Centro Pokémon por su apoyo, en especial a Dusk, que ha sido mi editor durante este tiempo y me ha enseñado todo lo que necesitaba -con mucha paciencia, he de añadir. También quiero agradecer a @Arcadhia por ayudar con las artes de varios artículos, y principalmente, a todos los que os habéis pasado por los comentarios para señalarme dónde me he equivocado, lo que más os ha gustado, para compartir vuestras historias y conocimientos, o simplemente para marcar presencia. Sin vosotros no habría columna, y no podía pedir mejores compañeros de viaje.
Pero aquí no hemos venido a llorar sino a analizar las diferentes clases de entrenadores del mundo Pokémon. En la cuarta entrega os di la posibilidad de elegir qué clase de entrenador tendría el honor de aparecer en el artículo final de mi columna. Pues bien, el pueblo ha hablado, y hoy vamos a descubrir qué le pasa por la cabeza a los Pokemaníacos.
Etimología y decadencia
Solemos empezar nuestros análisis echando un vistazo a la construcción de los nombres de las clases. El caso del Pokemaníaco es bastante claro [alguien que está obsesionado con los Pokémon], pero me ha llamado la atención otro hecho, que es lo mucho que ha cambiado su imagen a lo largo de los juegos.
Cuando jugué por primera vez a Pokémon Gold, los Pokemaníacos parecían figuras bastante serias, ataviadas en abrigos largos y gritando al viento con cara de locos. Evocaban más bien el tipo de personalidad que hoy atribuimos a los Veteranos: alguien experimentado y con un amplio conocimiento de lo que hace. El de la ruta 44 sabía lo que le pasaba al Gyarados rojo y es el primer personaje del juego en afirmar que un Pokémon variocolor tiene más valor que uno normal. Uno de los Pokemaníacos del pozo de los Slowpoke era el único personaje de todo el juego que sabía del Lapras que aparecía los viernes. Otro, en el subterráneo, tenía montada una auténtica red de información con los chicos de la ruta 33 que le llamaban para informar si veía a Pokémon raros. Eso no se veía todos los días. Yo respetaba a los Pokemaníacos.
Pero el tiempo pasa y, si nos vamos fijando, los Pokemaníacos son cada vez más… Pues eso, maníacos. En el artículo anterior, el usuario Sishio82 comentaba que lo que curioso que es ver la evolución de ciertos entrenadores, y en estos se ve claramente cómo se van obsesionando más y más en las nuevas generaciones. Su expresión cambia, pasan a aparecer siempre despeinados y desaliñados, menos arreglados, y vistiendo partes de cosplay de ciertos Pokémon. Aquí es dónde trazamos el paralelo con el mundo real: Los otaku.
No creo que tenga que explicarle a nadie que es un otaku: la mayoría de vosotros lo seréis. Y si, otaku aquí tiene el mismo significado que nerd, geek, friki, y etc. Son siempre personas con un gran interés en un tema en particular. Los Pokemaníacos no son más que personas muy, muy fan de los Pokémon. En algunos diálogos de la primera generación dicen que les gusta dibujarlos, hablar sobre ellos, descubrir cosas nuevas, escribir sobre el tema… En un artículo anterior comentaba lo mundano que resulta un Flareon dentro del mundo en el que viven y que a la mayoría de las personas no les entusiasma mucho ver uno. Pues bien, a los Pokemaníacos les entusiasma y mucho. No son diferentes de cualquier fan de una serie o de un juego: Hacen cosplay de sus personajes favoritos, visten camisetas con dibujos suyos, compran merchandising, y en algunos casos, priorizan tanto sus aficiones que acaban olvidando algunas tareas básicas, como relacionarse socialmente o cuidar su apariencia. (¿Es casualidad que los Pokemaníacos sean la única clase que aparecen despeinados y con cara de dormidos?)
Puristas
Buscando en algunas de las bases de datos más conocidas sobre Pokémon, como Bulbapedia o Wikidex, he encontrado otro hecho digno de mención, y es que la mayoría de los Pokémon utilizados por los Pokemaníacos pertenecen al mismo Grupo Huevo (un Grupo Huevo, por si no lo sabe alguien, es una forma de categorizar a los Pokémon en función de si son capaces de engendrar crías entre sí). Los Pokemaníacos se especializan en los Pokémon que pertenecen al Grupo Huevo “Monstruo”, en el que están la mayoría de criaturas con aspecto parecido a los dinosaurios terópodos: Bípedes y con gran cola.
Hasta ahí todo normal, pero empiezan a ser demasiadas coincidencias. Hablamos de fans algo obsesionados con el concepto, y que, por ‘casualidad’, sólo se dedican a los auténticos ‘monstruos’ de bolsillo, término que como bien sabemos, da lugar a ‘Pokémon’. Si analizamos más de cerca los Pokémon que suelen utilizar en combate, muchos de ellos son de la primera generación, o se tratan de Pokémon que han sido concebidos en momentos muy tempranos al proyecto. Por ejemplo, una de las familias evolutivas más utilizadas por los Pokemaníacos es la de Rhyhorn, Rhydon, y Rhyperior, y cabe recordar que Rhydon, según Ken Sugimori, fue el primer Pokémon creado. En los remakes de la cuarta generación, HeartGold y SoulSilver, también hay muchos Pokemaníacos con Nidorino en su equipo (Uno de los primeros Pokémon que vemos, en la presentación de los juegos enfrentándose a Gengar), y en los remakes de sexta generación, tanto la camiseta que visten como parte del disfraz es de Charizard, el Pokémon inicial más popular de la primera generación.
Para rematar, algo que no sabemos si es casualidad o no, pero que merece mención igualmente. Fijaos en las apariciones de los Pokemaníacos. Es una clase que está ahí desde Rojo y Azul, las primeras versiones de Pokémon. Sin embargo, tan sólo los vemos en los juegos que se pasan en las regiones de Kanto, Johto, y Hoenn. Ni siquiera en la variada y cosmopolita Teselia (Unova) vemos un Pokemaníaco. Creo que esto se trata de una pequeña casualidad pero que, irónicamente, refleja el hecho de que muchos jugadores no consideran las versiones más nuevas de Pokémon porque no la jugaron en su momento y no fueron parte de su infancia, siendo Hoenn, para muchos, los últimos juegos ‘que valieron la pena’.
La dualidad del futuro
Cualquier persona que consiga dedicarse de cuerpo y alma a una afición es una mente prodigiosa, aunque no la esté usando para la mejor de las causas. Una característica común de las personas que padecen TDAH (Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad) es que les cuesta mucho concentrarse en algo, pero una vez que tienen un objetivo en su mente, nada las detiene. Muchos inventores y personalidades de éxito han sido diagnosticados con ese trastorno y les conocemos hoy no por ello, sino por sus trabajos y logros.
Algo parecido pasa con los Pokemaníacos. Son capaces de dedicar una gran cantidad de energía a algo, y si en un futuro consiguen canalizar eso a otra dirección, sin duda serán personas increíbles. Un ejemplo práctico lo tenemos en el caso de Bill, el inventor del famoso sistema de almacenamiento en los ordenadores, que en un diálogo nos confiesa haber sido un Pokemaníaco de joven. Bill consiguió dirigir su pasión por los Pokémon hacia un objetivo, y no sólo dedicarse a adorarlos y observarlos. En el fondo, creo que todas las personas que dedican su vida a los Pokémon -como los demás científicos y los profesores Pokémon- tienen un poquito de Pokemaníacos. ¿Y quién no?
Pokemaníacos notables
Además de Bill, hay un Pokemaníaco famosillo que nos hizo la vida más fácil a todos mientras nos aventuramos por Johto. Kirk, un joven de Ciudad Orquídea (Cianwood City), era conocido por fanfarronearse de su alijo de Pokémon raros. Nuestro rival en el juego también lo escuchó y aprovechó para robarle su Sneasel, y Kirk, desconsolado, nos regala un Shuckle para que hagamos justicia.
En mi opinión, los Pokemaníacos son una de las clases más interesantes que hay. Durante la creación del juego, Game Freak decidió mantener el personaje vivo y la mayoría de los diálogos de los Pokemaníacos pueden revelarnos información muy interesante. Como dije al principio del artículo, la única manera de conocer el secreto del Lapras de Johto era a través de un Pokemaníaco, y muchas veces nos explican conceptos interesantes y ocultos.
¡Y esto es todo!
Gracias a todos los que habéis leído este y los anteriores artículos. Es posible que vuelva por aquí a repartir sabiduría, así que si queréis que esta columna vuelva, ¡hablad! Dejad un comentario diciendo que otra clase quieres que analice, qué otro tipo de artículos quieres leer por aquí, y fijaos en los pequeños detalles y diálogos la próxima vez que juguéis a Pokémon. Quién sabe lo que podrías descubrir.
Un saludo, ¡y nos vemos pronto!
Antiguas entregas de la columna
[Artículo] Analizando a los entrenadores I: Líderes de gimnasio
[Artículo] Analizando a los entrenadores IV: Macarras y Chicos Malos